Diversas enfermedades pueden deteriorar los riñones hasta el punto de impedirles realizar su función. Una de las funciones principales de los riñones es la filtración, en forma de orina, de los excesos de agua y toxinas que se producen en el organismo, además de regular componentes como el calcio o la vitamina D.
Cuando se producen fallos en este órgano, el riñón deja de filtrar la sangre, por lo que las sustancias que anteriormente se encargaba de regular, como las de desecho o el exceso de agua, comienzan a retenerse en el organismo, haciendo que tóxicos como la urea y la creatinina se acumulen en la sangre.
La enfermedad renal es “progresiva” porque el daño a los riñones progresa lentamente durante mucho tiempo. Algunas patologías de los riñones pueden ser signos tempranos de enfermedad renal crónica, el tipo de daño que puede resultar en falla renal. Detectar y tratar estos problemas puede ayudar a prevenir que enfermedad renal crónica se convierta en falla renal. Otros problemas de los riñones pueden resultar en enfermedad renal crónica si no son controlados.
Dentro de las patologías de los riñones encontramos:
• Piedras en el riñón (Cálculos renales)
• Infecciones del riñón
• Cáncer de riñón
• Lesión renal aguda
• Síndrome nefrótico.